lunes, 29 de noviembre de 2010

El cementerio inglés de la Costa de la Muerte

El HMS Serpent

La Costa de la Muerte, cuentan, que es el lugar más peligroso del mundo para la navegación, y ahí, en esa costa, en la zona de Cabo Vilán hay un pequeño tramo de tierra y mar, entre la Punta do Boi (Punta del Buey) y la Punta da Cagada (creo que esto no necesita traducción) que es el más peligroso de la Costa da Morte. En ese pequeño tramo hubo a lo largo de la historia 8 naufragios que sumaron 245 victimas entre todos ellos, pero el naufragio más desolador, que aún se considera el mayor desastre naval de la Costa da Morte, fue el del buque de guerra británico HMS Serpent.


Zona del naufragio del Serpent.
El Serpent, que había partido el 8 de Noviembre de 1890 desde el puerto de Plymouth con rumbo a Sierra Leona se encontraba el día 10 del mismo mes y año en el aciago lugar y debido a un nefásto cúmulo de circunstancias climatológicas y técnicas terminó encallando, a las veintitres horas y en plena tempestad contra las rocas de Punta do Boi. Una idea de lo que impactó a los pobladores de la zona el naufragio del Serpent es que desde aquel mal día para la armada inglesa el lugar donde encalló éste buque es conocido como "el bajo del Serpent".
El Bajo del Serpent, justo donde rompen las olas al final de la linea rocosa que entra en el mar.
En medio de la tempestad los marineros de la Royal Navy tienen que pelear por su vida, el paraje en tierra es desolador, hoy hay por la zona alguna casa, en aquel tiempo posiblemente ninguna, son ellos solos contra el Océano Atlántico en plena tempestad.

Una costa sin habitar, nadie ve que el Serpent se hunde
 El comandante Mr. Harry Leith Ross ordena lanzar cabos hacía las rocas con un cañón lanzacabos pero no logra nada salvo que se rompan los cabos debido a la fuerza de la tempestad, se arrian los botes salvavidas que el mar se encarga de destrozar, el mar, con toda su fuerza, barría ya toda la cubierta del Serpent, alguien, perdida ya la esperanza de hacer algo a derechas grita ¡Sálvese quien pueda!

Misión imposible, el mar embravecido y los vientos huracanados batían los cuerpos de los pobres marineros contra las afiladas aristas de las rocas de la zona, tres guardiamarinas, que por diversas casualidades llevaban puestos chalecos salvavidas, nadan con todas sus fuerzas hacia la costa cercana escuchando los gritos angustiosos de sus compañeros destrozados contra las piedras, los lamentos de los que no pudiendo más se ahogan irremisiblemente, ellos tampoco pueden hacer nada salvo nadar por su vida.

El guardamarina Edward Burton, tras dos horas nadando a brazo partido sobre olas de varios metros alcanza la costa llegando a la pequeña playa de Trece, malherido allí encuentra a Onsipherous Luxon que tiene una pierna destrozada, los dos supervivientes, apoyándose el uno en el otro logran llegar a alguna pequeña casa de la zona donde tras ayudarles en lo que pueden, los llevan a ambos marineros a la casa de la autoridad que tienen más a mano: el cura párroco de la aldea de Xaviña.

Frederick Gould llegó a otro punto de la costa y por allí anda a la mañana siguiente,, malherido aturdido, desolado, desorientado y sin saber a donde dirigirse cuando lo encuentran el alcalde de Camariñas y un ayudante de marina que pasea con él en las proximidades del faro de Cabo Vilán.

Costa da Morte, Cabo Vilán al fondo.
En los días siguientes el mar comenzó a arrojar a las piedras y pequeñas playas de la zona los cadaveres, destrozados, de los marineros del Serpent, 172 cadáveres en total, uno tras otro en un goteo constante y descorazonador.

El párroco de la aldea de Xaviña D.Manuel María Carrera Fábregas se encarga de movilizar a los vecinos de la zona para habilitar un pequeño cementerio donde poder dar sepultura a todos aquellos marineros y lo hacen al pie de la playa, en el hoy llamado Cementerio de los Ingleses y que podeis ver en la imagen inferior. Los oficiales son enterrados en la pequeña edificación central y los marineros alrededor de esta en el resto del recinto.
El Cementerio Inglés al fondo pueden verse adentrándose peligrosamente en el agua las rocas de Punta do Boi.

Interior del pequeño cementerio inglés, en el pequeño túmulo central están enterrados los oficiales.
Interior del panteón de los oficiales del Serpent, a veces alguien aún deposita algunas flores.
Monolito en memoria de todos los náufragos que dejaron su vida en la Costa da Morte, está en el interior del cementerio
 El cura de Xaviña entierra a todos por igual y en el mismo lugar, con las oraciones pertinentes que dispone para estos casos la Iglesia Católica y eso le vale el enfrentarse con el párroco de Camariñas que no está por la labor de dedicar oraciones a los no católicos, (solo eran católicos  63, el resto eran anglicanos) ni enterrar a todos aquellos hombres en el mismo lugar, quiere separar a católicos de anglicanos, ambos sacerdotes discuten y tienen sus más y sus menos, pero las gentes del lugar, marinera en su mayoría y por tanto muy sensibilizada ante lo que está sucediendo, ponen cordura afeándole la conducta al sacerdote de Camariñas, los fallecidos son enterrados todos en el mismo sitio y con las mismas oraciones por el cura de Xaviña al que ayudan los vecinos.


El 23 de Noviembre llega al puerto de Camariñas el cañonero inglés Lapwig  para hacerse cargo de los tres supervivientes y asístir la oficialidad y marineros a la consagración del pequeño cementerio, así como también para recabar toda la información posible para indagar las causas del naufragio.

Dicen que no hay mal que por bien no venga, solo que a veces algunas cosas cuestan demasiado y en este caso demasiadas vidas humanas. Hasta la fecha del naufragio del Serpent la Royal Navy llevaba algunos chalecos salvavidas en cada buque de su flota, cuando descubrieron que los tres supervivientes habían salvado la vida en buena parte gracias a llevarlos puestos, surtieron a toda la flota del número de chalecos necesarios para todos y reglamentaron la obligación de vestirlo en caso de peligro.

Por aquellos hechos y por la solidaridad mostrada por la población de Camariñas el almirantazgo inglés tuvo unos pequeños detalles testimoniales en agradecimiento con las gentes del lugar, al pueblo de Camariñas le regalaron un buen barómetro de la época que aún se conserva hoy en una hornacina empotrada en una casa, al alcalde un reloj y al cura de Xaviña, sabiendo que era aficionado a la caza una elegante escopeta inglesa, el cura de Camariñas... se quedó sin nada.

Durante muchos años después del naufragio del Serpent, cuando un buque de guerra británico pasaba en frente de Porto do Trigo, que así se llamaba el lugar antes de que estas tristes circunstancias le cambiasen el nombre por el de Cementerio de los Ingleses, a veces arrojaba una corona a las aguas del océano, otras disparaban con sus cañones unas salvas en honor a sus compañeros fallecidos, poco a poco esas salvas o coronas fueron fueron distancianciandose en el tiempo hasta desaparecer, pero no del todo, a veces, algunos días, cuentan que se escucha entre el bramido de las tormentas los cañonazos de algún buque británico que homenajea así a sus compañeros que yacen en este pequeño cementerio de la Costa de la Muerte.
Faro de Cabo Vilán
Además de por este pequeño y conmovedor cementerio la zona tiene muchas otras cosas de interés, entre ellas el impresionante faro de Cabo Vilán y paisajes, que según como se muestre la climatología pueden ser realmente sobrecogedores. Llegar no presenta dificultad alguna: una vez que llegamos a Camariñas nos desviamos hacia Cabo Vilán, al faro, donde si lo deseamos podemos visitar el Centro de Interpretación de Naufragios que se encuentra en la base del propio faro y donde además podemos documentarnos ampliamente sobre la zona. Al bajar del faro, en la base del monte, veremos una pista de grava a la izquierda, podemos viajar por ella en un turismo normal, eso si, despacio y con cuidado, hay bastantes baches pero se circula bien, siguiéndola y a unos seis kilómetros llegaremos a este Cementerio Inglés.
Mapa de la zona, en Google Maps puedes verlo a mayor tamaño

6 comentarios:

German dijo...

gracias por el relato. Me debo una visita por esas costas, desde A Coruña, Fisterre y Vigo.

Redacción dijo...

No te arrepentirás. Saludos.

Anónimo dijo...

Me ha parecido muy interesante tanto el texto como las fotografías. Siempre desde niña ha llamado mi interés A Costa da Morte. No conozco esa parte de Galicia; espero ir alguna vez por allí. Me ha gustado mucho, son de agradecer trabajos y reportajes de este estilo.

Redacción dijo...

Es un placer que te gustase, gracias por leerlo.

covered dijo...

Muy interesante, me lo ha pasado un amigo por facebook, y me ha gustado mucho. Carlos.

Redacción dijo...

Un placer que así haya sido. Un saludo.